Santiago, viernes 23 de noviembre de 2018. Con vergüenza Chile ha recibido la noticia que se dio a conocer en un audio de Ricardo Martínez, comandante en jefe del Ejército, donde se asegura que “tenemos información de que hay oficiales y cuadro permanente que compra armas por la vía legal, que después las dan por perdidas, pero que lo que están haciendo es venderlas a grupos de narcos, de delincuentes. De eso estamos hablando”.
Estos nuevos antecedentes están reforzando la idea de una crisis institucional en las Fuerzas Armadas, de orden y seguridad, sin precedentes. Frente a esto, las y los Progresistas señalamos que:
– Hacemos un llamado para que se modifique la legislación para que la corrupción y los delitos cometidos por miembros de las fuerzas armadas y de orden sean de jurisdicción civil.
– Los delitos cometidos deben ser sancionados como traición a la Patria, porque a quienes le hemos entregado las armas para nuestra defensa y seguridad, hoy son usadas contra el pueblo.
– La función de defensa está mal concebida desde la Constitución, si bien la subordina al poder civil en el texto, en la práctica le otorga plena autonomía para eludir el control civil.
– La corrupción ha erosionado a las instituciones armadas, de orden y seguridad, lo que nos obliga a reflexionar urgentemente sobre un nuevo orden institucional.
– Al parecer la crisis es mucho mas profunda de lo que sabemos. Hay que reconocer, que en Chile hoy enfrentamos una profunda crisis institucional, en todos los niveles.
– ¿Esta vez quién pagará los costos? Hay responsabilidades políticas e institucionales y vemos como el hilo solo se corta por lo más delgado. Los que lideran son responsables por acción u omisión.
– Es momento de poner fin a la condición de privilegio de las FFAA y de Orden, es insostenible que los servidores públicos a cargo de nuestra seguridad vivan una vejez subsidiada por todos los chilenos mientras el pueblo recibe pensiones de hambre. Esto es desigualdad y segregación consciente. Ser hoy de las FFAA es una condición de privilegio frente al resto de los chilenos que a diario se están ahogando en un sistema de pensiones miserable.
– Esta crisis institucional es en si misma la justificación suficiente para avanzar en una nueva constitución que supera la crisis institucional transversal por la que atraviesa nuestro país.