La Juventud del Partido Progresista de Chile (JPRO) en solidaridad con el pueblo venezolano y todos los pueblos de Latinoamérica declaramos nuestro repudio y rechazo a la autoproclamación del diputado Juan Guaidó como presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Así como también al apoyo bajo la influencia estadounidense que desde Chile le ha entregado el gobierno derechista del empresario Sebastián Piñera.
Llamar a la violencia e injerencia transgrede la soberanía nacional, la diplomacia y atenta contra la paz de las ciudadanas y ciudadanos venezolanos. Esa no puede ser nunca la manera de resolver los problemas de una nación hermana. Recordemos que el pasado 20 de mayo de 2018 con 67% de respaldo y una participación de la población venezolana cercana al 47%, el actual presidente Nicolás Maduro Moros fue electo democráticamente con más de 6 millones de votos, por tanto, dudamos de los cuestionamientos a la legitimidad del electo presidente venezolano y creemos firmemente que son los pueblos quienes eligen sus destinos de manera independiente y sin presiones internacionales.
Sabemos que históricamente América Latina ha sido la retaguardia estratégica de Estados Unidos, y que en un contexto de guerra económica mundial como el que vivimos, su salvavidas será una arremetida en los países de nuestro continente, de la mano con los gobiernos derechistas y pro imperialistas agrupados en el autodenominado Grupo de Lima, lo que trae consigo una nueva ola neofascista del cual los sectores progresistas debemos enfrentar con la máxima unidad, solidaridad y resistencia.
Estados Unidos debe entender que no tiene el monopolio de América. América es también latina, nuestra, de Bolivia, de Colombia, de Chile y Venezuela, de Bolivar, de Allende y el Ché. La geografía condenó a nuestro continente a la presión e injerencia del imperialismo estadounidense, limitando la libertad con que los países determinan sus destinos, pero no limitarán nuestros sueños de una Patria Grande soberana e independiente.
Por eso, desde la Juventud Progresista condenamos la política exterior de Chile dirigida desde Washington que actúa con enorme hostilidad en las relaciones diplomáticas con Venezuela. Estados Unidos no quiere la paz, solo quiere la riqueza y para eso está dispuesto a crear un escenario de guerra civil que lo único que traerá será la tempestad y sufrimiento de una nación hermana. Es en tiempos difíciles donde las naciones latinas deben poner por delante los esfuerzos de diálogo en pos de construir puentes de paz en la República Bolivariana de Venezuela.
Con la misma energía reiteramos nuestro mensaje de solidaridad con el pueblo venezolano y su gobierno democráticamente electo. Llamamos a las fuerzas progresistas, juventudes políticas y organizaciones sociales a que definan su apoyo al actual gobierno venezolano, a la autodeterminación de los pueblos y su disposición a colaborar con el proceso de paz en Venezuela.