En el día 20 tras el despertar social que tuvo el pueblo chileno durante el mes de octubre, desde las Juventudes Progresistas de Chile queremos entregar un mensaje de resistencia, alegría y rebeldía a los millones de compatriotas que día a día, de alguna manera, se han manifestado contra el Estado neoliberal y subsidiario chileno, del cual se basa la sociedad desigual en que vivimos.
Con el mismo sentir, desde la JPRO hacemos un homenaje a los más de 20 compatriotas caídos durante este proceso, a los miles de chilenas y chilenos detenidos, violentadas y torturadas por agentes del Estado, especialmente, a las mujeres y hombres que han sufrido la pérdida parcial o total de su vista. Son en su mayoría jóvenes que cansados de un sistema de desesperanza y precarización, han decidido tomar partido y salir a ejercer su legítimo derecho a la manifestación justa, en un periodo de crisis institucional, económica y política jamás vista en los últimos 50 años.
En este sentido, queremos repudiar el nulo actuar del Instituto Nacional de la Juventud (INJUV), la principal institucionalidad en materia juvenil del país, particularmente a su director nacional, Mirko Salfate Yutronic, que con un silencio cómplice y una actitud indiferente, deja al total desamparo a los miles de jóvenes que se movilizan diariamente en todo el país exigiendo mayor justicia e igualdad.
Rechazamos la indiferencia del INJUV, repudiamos el nulo debate y cobertura que la institución brinda a los jóvenes del país que son mayoritariamente, participantes de la movilización social, valoramos la entrega de organismos y particulares que han defendido los derechos de las niñas, niños y adolescentes involucrados en situaciones de violación a los derechos humanos, en una actitud que esperábamos liderara el Instituto Nacional de la Juventud, que por el contrario, le cerró las puertas a la ciudadanía y se restó del importante debate social y generacional que trajo consigo el estallido popular.
La historia juzgará el papel de las instituciones del Estado en medio de esta crisis, y castigará al INJUV y a su dirección por el nulo apoyo a las demandas ciudadanas y a los cientos de jóvenes asediados por el terrorismo de estado. La renuncia de su director Mirko Salfate debe ser un costo político y moral ante la frialdad, desinterés y apatía con que abordaron la crisis institucional, política, social y económica contenida por más de 30 años en democracia.
Desde las Juventudes Progresistas de Chile hacemos un llamado a continuar con la movilización alegre, pacífica y rebelde, que empujará el cambio estructural que necesita nuestro país, mediante una Asamblea Constituyente que consagre derechos fundamentales para la vida humana.