Marcelo Santo
Abogado y Progresista
Es conocido tal efecto por el daño electoral que le provocó dicho Sacerdote a la candidatura de Salvador Allende en el año 1958, permitiendo obtener la cinta presidencial a Jorge Alessandri. Se realizó presentando un candidato muy cercano al pueblo que obtuviera adherencia de votantes, tanto así, que si no se hubiere presentado el Clérigo, hubiesen votado probablemente por Allende, todo en cantidad suficiente para permitirle una pequeña mayoría relativa a Alessandri y por ello el triunfo electoral. Desde el momento mismo de la presentación de la candidatura se presumió que estaba siendo financiada por Alessandri y existen antecedentes posteriores que acreditan dicha teoría.
En la época de las presidenciales comentadas estaba establecido el principio de la mayoría relativa (ganaba el candidato con más votos) con la ratificación del Congreso pleno, el que tradicionalmente ratificaba. Además, existían tres grandes fuerzas, una ligada a la derecha, las otras al centro y a la izquierda, por lo que era normal ganar con un poco más un tercio de lo votos, y el efecto del “Cura de Catapilco” y los votos que le restó a Allende fueron, entonces, cruciales para la elección Alessandri como presidente.
Hoy la elección de presidente contempla una segunda vuelta que elimina la posibilidad de dicha distorsión democrática en la elección presidencial, pero ¿Qué ocurre con los alcaldes?
Después de muchas modificaciones al sistema eleccionario municipal, que entre otros hitos destaca la separación de la elección de alcaldes y concejales, quedó un sistema de elección directa, única y unipersonal de los alcaldes, lo que significa que quien obtenga una mayoría simple será electo en el cargo, ahora, como los mecanismos eleccionarios instaurados por la dictadura y post dictadura, forzaron a los electores y a las fuerzas políticas a tender al bipartidismo, es que actualmente se habla de oficialismo y oposición. Si uno de ellos presenta dos candidatos es muy posible que la otra parte salga vencedora, sin necesariamente tener mayoría absoluta.
Hoy el principal llamado es a la unidad de la oposición, pero este llamado tiene una fuerza especial en la elección de alcaldes, porque basta con que un “Cura de Catapilco” aparezca en la papeleta para dividir fuerzas y permitir que la derecha, cuyas fuerzas siempre han estado unidas por los mismos intereses, gane las elecciones, incluso teniendo minoría.
La solución a este problema está en la segunda vuelta de alcaldes, que se encuentra en trámite en el Congreso. Pero mientras no sea promulgada es necesario, por un lado la participación de la mayor cantidad de votantes del padrón electoral, y por otro, la unidad de la oposición con candidatos únicos, ya sea por primarias o por acuerdos, entendiendo que unificar principios es difícil, y que por lo mismo debemos enfocarnos en las cosas que nos unen y no en las que nos separan.