por Gonzalo Valenzuela
El progresismo en América Latina avanza con fuerza para recuperar no sólo la dignidad de los pueblos, sino su estabilidad en materias de crecimiento y desarrollo económico sobre todo frente a las gestiones fallidas en gobiernos de centro-derecha en Latinoamérica caracterizados por mantener a sus compatriotas con altos niveles de desempleo, endeudados y con políticas de seguridad social muy débiles. Un ejemplo de ello, ha sido Argentina quien donde sus índices de inflación, la devaluación del peso frente al dólar, la fuerte contracción de la actividad productiva y muchas más variables la tuvo a su economía sumergida en la oscuridad del océano atlántico, en los últimos 4 años.
Sólo para precisar, en el primer semestre del 2019 los precios acumulados tuvieron un alza del 22,4% y actualmente la inflación acumulada fluctúa el 55%. Uno de los costos que más han aumentado en la vida de los argentinos y que pueden ser considerados como prioritarios son el sector Salud con 3,6%; equipamiento y mantenimiento del hogar con 3,4%; y la vivienda, agua y electricidad con un 2,7%. Y no es casualidad, por ejemplo, lo que ocurre con la salud en el país hermano. Durante el gobierno de Macri se eliminó el Ministerio de Salud y toda su área estratégica pasó a ser parte de una secretaría dependiente del Ministerio de Desarrollo Social. Un error injustificable y que sin duda deberá remediar a la brevedad el actual presidente de Argentina, Alberto Fernández.
Por otro lado, la actividad industrial que dejó el gobierno de Mauricio Macri fue disminuida por 18 meses continuos y casi el 80% de los bloques sectoriales como la producción de minerales no metálicos, la industria electrónica, la producción de madera y muebles, sector automotriz, entre otras materias, mantienen una disminución en su producción de acuerdo a los datos interanuales del Centro de Estudios de la Unión Industrial de Argentina.
Las políticas públicas de fortalecimiento de la economía enunciado por el recientemente asumido presidente Alberto Fernández representa la esperanza de toda una Argentina para volver a ponerse de pie. Y en este sentido, ese vuelve una señal importante para toda América Latina. La renegociación con el Fondo Monetario Internacional, la política de reducción de la inflación, una baja en la tasa de interés real, el fortalecimiento del tipo de cambio para hacerlo más competitivo e incrementar la política de exportaciones, entre otros, es fundamental. La gestión gubernamental progresista ya lo hizo México de la mano del presidente Andrés Manuel López Obrador, donde la lucha contra la corrupción, las políticas de bienestar, paz, seguridad, la modernización y diversificación del sector productivo, entre otras, se han vuelto prioridades a la hora de buscar el camino de desarrollo de los pueblos.
Sin duda, el nuevo gobierno progresista de Alberto Fernández representa una señal de esperanza para Argentina y por supuesto para la integración de toda América Latina.
Fuente: El Mostrador