Por: Marco Enríquez-Ominami

Hoy en la Centro Izquierda nos estamos agrupando tras Gabriel Boric para vencer a la ultraderecha que representa la candidatura de José Antonio Kast. Pero la Centro Izquierda debe no solo ganar, sino que también ofrecer gobernabilidad, y para eso es fundamental que el cemento de la unidad sea lo político.

La crisis de representación que aparece como causa de la aguda crisis de identidad política que vive el progresismo en Chile, es en realidad consecuencia de las malas decisiones políticas de sus conglomerados, que han buscado convocar para crecer, pero sin pagar las consecuencias que significa hacerse responsable de representar a aquellos a quienes convocó.

El 2017, Beatriz Sánchez llamó a la ciudadanía a militar en un partido en el cual ella no militaba (Revolución Democrática), para poder ser candidata presidencial del Frente Amplio. El 2013, Bachelet armó una coalición gigante para enfrentar su campaña presidencial, la Nueva Mayoría. Llegó contra el tiempo directamente desde la ONU a enfrentar una campaña que tenía ganada, y, aprovechando su carisma y su lugar en la pole position, juntó y juntó gente, pero sin mostrar su programa de gobierno hasta última hora, que resultó ser nada más que un trazado de gruesas líneas y pocas páginas.

Cuando uno llama a militar o a votar, debe hacerse responsable de ese llamado y responder por sus consecuencias, porque la representación en política significa mucho más que dejar un «poder simple» a un amigo para que haga un trámite. Actuar por otros en democracia es, primero, un llamado a confiar en una serie compleja y profunda de ideales. Pero, sobre todo, como sostiene Pitkin, es un llamado a la responsabilidad. Un representante es alguien que debe responder al pueblo por lo que haga o deje de hacer.

Estoy seguro que a Kast le podemos ganar si nos organizamos para votar en contra de su fascismo. Pero también estoy seguro que con eso no bastará para dar gobernabilidad a Chile. Dicho de otro modo, si no bastó como cemento de una coalición el carisma de la ex presidenta Bachelet, menos bastará, solamente, con el de Gabriel.

Por eso es que he llamado a organizar un Frente democrático, para que podamos hacernos responsables de lo que significa nuestro llamado a votar por Boric, junto a todos y todas aquellas que hemos obtenido un respaldo popular significativo (en mi caso de 535 mil votos). Llamado que requiere, necesariamente, que volvamos a «hacer política» para poder conversar, como primer paso, el programa de gobierno, porque será en él donde estará escrito el horizonte de sentido hacia el cual caminaremos juntos y juntas. Porque no basta con ganar, debemos construir un sentido a la unidad.

Fuente: El tipógrafo