Alejandro Navarro
Senador Progresista
Según el Censo de abril del 2017, en Chile había en ese momento 746.465 inmigrantes internacionales, correspondientes a un 4,4% del total de la población que informó su lugar de nacimiento. Y hace poco apareció un informe del INE, el que indicó que del total de hogares en Chile, en un 6,6% viven extranjeros.
Es decir, la cantidad total de nacidos fuera de nuestro país, sigue siendo muy pequeña en relación al total de la población. Más aun, aun no se supera el 4.5% de inmigrantes que hubo a principios del Siglo XX, en aquella época en que miles de extranjeros llegaron a poblar el sur de Chile (cabe recordar que en 1845, se creó la Ley de Inmigración Selectiva, que buscaba atraer a personas de origen europeo, sobre todo para el sur de nuestro país).
Efectivamente, antes un 60% de los inmigrantes provenía de Europa, producto en gran medida de conflictos bélicos o desastres naturales, en cambio hoy, más del 70% viene de América Latina.
Este reciente aumento en la cantidad de inmigrantes, se debe a tener uno de los mayores PIB per cápita del continente: 25.000 dólares. Según el FMI, seremos el primer país en Sudamérica en pasar los US$30.000, en 2022 y uno de los salarios mínimos más altos, 418 dólares).
Por ello a Chile se le ha llamado el nuevo dorado de inmigración latinoamericana, con más de 700.000 extranjeros que hoy viven en nuestro país y que según las proyecciones oficiales, podrían duplicarse en un plazo de 8 años.
Lamentablemente, la opinión pública percibe que muchos problemas se deben a la inmigración y tiene por tanto una opinión negativa al respecto, debido sobretodo al alza de extranjeros durante los últimos años. En la OCDE, 4,8 millones de migrantes llegaron a este grupo de países durante el 2015, un 10% más que el año previo.
Sin embargo, la mayoría de los estudios indican que los migrantes afectan muy poco en el mercado del trabajo a nivel nacional, ya sea en los sueldos o el empleo, así como en el uso de viviendas sociales, pues además ocupan menos espacio por metro cuadrado. Hemos visto incluso terribles casos de hacinamiento y condiciones insalubres en que algunos inmigrantes se han visto obligados a vivir.
Más aun, los cónsules de Chile en Dublín, Irlanda y Córdoba, Argentina, fueron destituidos por el Gobierno, ya que están siendo investigados por tráfico de inmigrantes, tras aparentemente haberse beneficiado económicamente de la entrega de visas a ciudadanos de la India.
Y aunque esto último es un tema judicial en manos de la Fiscalía, demuestra el interés de miles de personas por llegar a vivir o estudiar en nuestro país.
Por ello aun no entendemos que el Gobierno haya decidido primeramente rechazar el Pacto Migratorio de la ONU, pese a que a última hora decidió abstenerse, pues fue el mismo Presidente Piñera, quien el 27 de septiembre en la Asamblea de las Naciones Unidas, señaló, el compromiso de mi país, Chile, es claro y categórico; estamos generando una política migratoria en perfecta armonía con declaración de NY y Pacto Mundial para la Migración“.
Pues este Pacto lo que busca precisamente es regular la migración en el mundo y luchar contra la trata de personas.
Esperamos por tanto que en el debate de la Nueva Ley de Migraciones, que hoy se encuentra en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados (ya que nuestra legislación al respecto sigue siendo la promulgada en dictadura, el año 1975), se comprenda que los extranjeros traen muchos más beneficios que costos a nuestro país, pues aportan en juventud, fuerza laboral, educación y por cierto, cultura.
Y que aunque tienden a aumentar la demanda de servicios públicos, como transporte o educación escolar, no lo es así con la salubridad, ya que en general tienen mejor salud y son más jóvenes que el promedio de los habitantes nativos.
Más aun, en algunos países de la OCDE, los profesionales de la salud foráneos llegan a ser más del 50% del total. Y no tienen más derechos como se ha querido imponer, sino los mismos derechos, por lo que deben cumplir con acreditar su procedencia y antecedentes.
Debemos entonces luchar contra la discriminación y xenofobia que algunos derechistas buscan instalar en la opinión pública, olvidando que nuestro Escudo Nacional fue hecho por Charles Wood Taylor, un avecindado en nuestro país, y que Andrés Bello, venezolano y uno de los intelectuales mas ilustres del siglo XIX fue el primer rector de la Universidad de Chile, y quien le dio la impronta que hasta hoy conserva.
Fuente: Cooperativa.