Viernes 22 de febrero de 2018. Las recientes revelaciones sobre corrupción en el alto mando del Ejército son de la más alta gravedad, ya que dan cuenta de una costumbre que parece estar arraigada en nuestras Fuerzas Armadas. El excomandante en Jefe del Ejército, general (r) Juan Miguel Fuente-Alba está siendo investigado por el delito de malversación de caudales públicos, por cerca de $ 3.500 millones. Lo que la Justicia está investigando no parece ser una acción aislada, sino más bien una práctica generalizada a lo largo del tiempo.
Como Partido Progresista de Chile no podemos sino hacer un llamado a las Fuerzas Armadas de nuestro país a elevar todos sus estándares. En menos de dos semanas hemos tomado conocimiento de las actividades del general (r) general Cheyre durante la dictadura, y ahora del mal uso de fondos reservados por parte del general (r) Fuente-Alba.
Es un momento duro para las fuerzas castrenses. Formamos a nuestros militares para prepararse para la guerra, pero terminan perdiendo la batalla contra la corrupción y las malas prácticas. Gastamos millones preparándonos para enfrentar enemigos de afuera que no existen, y no nos damos cuenta que nuestro principal adversario está adentro de las Fuerzas Armadas.
De comprobarse las acusaciones contra Fuente-Alba, el Ejército de Chile deberá investigar en profundidad el uso de los fondos reservados de, al menos, los últimos 25 años. No puede ser que tal cantidad de dinero tenga esos fines, mientras el país clama por una educación pública y gratuita, mientras nuestros enfermos no tienen medicamentos, mientras las pensiones de los civiles son indignas y mientras sigan existiendo campamentos a lo largo de todo nuestro territorio.