Recibimos con sorpresa e indignación los violentos ataques de los que ha sido víctima nuestro senador Alejandro Navarro tras certeras críticas que ha realizado a la Constitución ilegítima de nuestro país que aún permanece intacta en lo fundamental.
Quienes defienden la Constitución de 1980 respaldan uno de los legados más nefasto de la dictadura de Pinochet. Nuestra Carta Magna no nos enorgullece en absoluto y es motivo de constante incredulidad en el extranjero. ¿Debe Chile seguir rigiéndose por el ordenamiento pensado y ejecutado por uno de los dictadores más nefastos de la historia reciente?
Cuando el senador Navarro critica la Constitución lo hace porque ama a su país y a su gente, porque sueña y trabaja por un Chile para todos y todas, en el que quepan sus pueblos indígenas y en el que se garantice una serie de derechos mínimos.
Como Progresistas, agradecemos el valor de las críticas del senador a la Constitución y continuaremos empujando los límites para que, mediante una Asamblea Constituyente, sean las chilenas y chilenos quienes puedan decidir las reglas del hogar que nos cobija. Una mejor Patria se construye con una mejor democracia, y en ese camino a la transformación de Chile abrazamos la fuerza de Alejandro Navarro.
Cuando la maloliente Constitución de Pinochet sea cosa del pasado, serán los corajudos como Alejandro Navarro quienes sean recordados por la historia, y no aquellos conservadores que hicieron el ridículo defendiendo el legado de un sangriento dictador.