El Presidente Sebastián Piñera no conoce y traspasa frecuentemente el límite de la demagogia. Su viaje a Cúcuta, ciudad colombiana en la frontera con Venezuela, forma parte de un escándalo internacional para una supuesta ayuda humanitaria -que ni la Cruz Roja Internacional respalda, y que se traduce, finalmente, en que Piñera usa a Chile para los fines que Estados Unidos empuja.
Chile y su pueblo están primeros. O deberían estarlo. Sebastián Piñera parece no saberlo y en vez de atender las urgencias del norte y sur de nuestro país a raíz de las catástrofes naturales, prefiere someterse a intereses ajenos a los de nuestra Patria.
Han sido los alcaldes de su propio sector, y que se han visto afectados por estos hechos, los que claman por ayuda y presencia de quien debería conducir al Estado de Chile. Piñera, al parecer, tiene más ánimo de meterse a Twitter para gritar contra Venezuela, que de meterse al barro y poner manos a la obra para contribuir a resolver los problemas de incendios e inundaciones en distintos sectores de nuestro país.
No nos engañemos. No es la ayuda humanitaria la prioridad de la derecha en Venezuela, sino los millones de dólares en petróleo los que la mueven a hacer un show televisivo de cobertura mundial. Y Piñera, usando nuestra bandera como una parte pequeñita de la bandera de Estados Unidos, hunde aún más a nuestra política internacional.
El Partido Progresista de Chile rechaza tajantemente el comportamiento injerencista del Presidente Sebastián Piñera y llama a la ciudadanía a la más profunda solidaridad para resolver nuestros problemas y no permitir el abuso mediático de un mandatario que se desentiende de las chilenas y chilenos que viven momentos cruciales para su futuro.
Directiva Nacional Partido Progresista de Chile