Las y Los Progresistas lamentamos el fallecimiento de Ana González, una activista por la vida. Ella encarna, más allá de la frontera entre la vida y la muerte, el infatigable sueño por mayor justicia, sin perder la esperanza, consciente de la historia y de una memoria ejemplar.
Junto con apreciar su tremendo legado valórico y ejemplo de lucha, también es necesario recordar que hoy ella es la víctima de la falta de justicia en el ámbito de los Derechos Humanos. Chile aún castiga a sus más dolidos compatriotas, víctimas de la crueldad de la indiferencia, al no trabajar por más y mejor justicia y reparación.
Las y los Progresistas no descansaremos hasta que en nuestro país se respeten los Derechos Humanos de todas y todos sus ciudadanos, y quienes los hayan violentado, sean juzgados y condenados como la ley y la ética de nuestra memoria lo exige.
Por las miles de Ana con las que compartimos en Chile.