Ecofeminismo | Edición 6 | 11 de julio 2019
¡Qué bueno es estar nuevamente con ustedes! Apreciad@s ecofeministas, se nos fue el otoño y comenzó julio en un abrir y cerrar de ojos, el frío se instala dejando una huella de pérdida de vidas humanas dormidas en la hipotermia de su condición de calle y las lluvias inician la limpieza del enrarecido aire santiaguino. Intentamos respirar mejor ante tanto ahogo social o simplemente para aumentar nuestra nostalgia, mientras con pasos más lentos seguimos empeñados en construir nuestros sueños.
“Cambiemos el sistema, No el clima”, fue el lema de la segunda marcha global contra la crisis climática y ecológica realizada el viernes 24 de mayo en Chile y el mundo. Pero, ¿por qué debemos participar en la nueva movilización social convocada para el próximo mes de septiembre?
Según el último informe de las Naciones Unidas, un millón de especies están en peligro de extinción debido a que la degradación de la naturaleza avanza a una tasa cientos veces más alta que en cualquier otra época de los últimos 10 millones de años. Además, la biodiversidad disminuye dramáticamente en relación con la pérdida de ecosistemas biológicamente ricos (tales como bosques y junglas, que se reemplazan con plantaciones de monocultivos, las cuales están más propensas a sufrir de enfermedades y desastres naturales). En el plano económico, la pérdida de polinizadores pone en peligro la producción de cultivos con un valor de $557 billones de dólares. Por añadidura, el 23% de los terrenos productivos y fértiles ha llegado a ser inutilizado producto de la degradación de la tierra. MNK
“Como Pueblos, reafirmamos nuestro derecho a la autodeterminación y a poseer, controlar y manejar nuestras tierras y territorios ancestrales, aguas y otros recursos. Nuestras tierras y territorios son la base de nuestra existencia. somos la tierra y la tierra es nosotros; tenemos una relación especial, espiritual y material con nuestras tierras y territorios, que están íntimamente unidos a nuestra supervivencia, y a la preservación y mayor desarrollo de nuestros sistemas de conocimiento y nuestras culturas, a la conservación y uso sostenible de la biodiversidad y al manejo de los ecosistemas“.
Extracto de la declaración de la Cumbre de los pueblos Indígenas 2002.
Personaje Ecofeminista
Cristina Calderón
Depositaria y difusora de su idioma nativo, Cristina Calderón es la última hablante del dialecto yagán, pueblo originario de Chile que poblaba los canales y costas de Tierra del Fuego y el archipiélago de Cabo de Hornos.
Cristina aprendió a hablar español a los 9 años, y a la vez conservó el idioma yámana, compuesto por 32.400 vocablos.
En 2009 fue declarada “Tesoro Humano Vivo”, al ser la depositaria y difusora de las lenguas y tradiciones del pueblo yagán. Este reconocimiento fue entregado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile, en el marco de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial, de la Unesco de 2003.
Cristina en sus últimos años ha estado empeñada en conservar y transmitir todo lo relacionado con la cultura yagana.
Fuente: Mujeres Bacanas.