Así se manifestó el líder progresista frente a la decisión del alcalde Julio Palestro (PS), de cerrar el Liceo Luis Galecio Gorbera A-90 de San Miguel, a pesar de que la comunidad del establecimiento ha venido cumpliendo sus compromisos académicos, promoviendo a los estudiantes de cuarto medio y preparando a los demás para rendir sus exámenes en enero de 2012.
Así se manifestó el líder progresista frente a la decisión del alcalde Julio Palestro (PS), de cerrar el Liceo Luis Galecio Gorbera A-90 de San Miguel, a pesar de que la comunidad del establecimiento ha venido cumpliendo sus compromisos académicos, promoviendo a los estudiantes de cuarto medio y preparando a los demás para rendir sus exámenes en enero de 2012.
“En casos como éste, y la decisión inexplicable del cierre del Liceo A-90, no se logran ver las diferencias entre las políticas represivas de alcaldes de derecha y estos de izquierda como Julio Palestro, ¿es que Palestro está haciendo méritos para sumarse al club de los alcaldes del garrote junto Labbé y Zalaquet? El alcalde de San Miguel tendrá que explicar por qué está aplicando la política del choque a las comunidades educativas movilizadas”, dijo el presidente del PRO.
“Liceos como el A-90, que están habilitados para atender a casi 4000 estudiantes y con comunidades comprometidas con sus estudiantes, deben ser potenciados y apoyados, no cerrados. No queremos pensar que el desincentivo a la matrícula de este Liceo se deba a intereses extra educacionales, inmobiliarios u otros. En situación de tanta demanda por educación de calidad en San Miguel esta decisión del alcalde nos parece completamente irracional y esperamos que el alcalde entre en razón pronto porque mantener en la incertidumbre a cientos de familias a fines de diciembre constituye un atentado a sus derechos”, expresó Marco Enríquez-Ominami.
Por su parte, la Vicepresidenta de Educación del movimiento progresista, Alejandra Bottinelli, destacó las iniciativas que el Liceo A-90 ha llevado a cabo con la participación de la comunidad de docentes, apoderados y estudiantes, dando curso a un programa de autogestión que implicó llevar a clases al 90 por ciento de los estudiantes, todos los días, puntualmente de 8ºº a 13ºº horas, bajo el sustento de una comisión comunitaria, que se hizo cargo de programas, funcionamiento y autodisciplina: “la experiencia de autogestión educativa del A-90, de dos meses de clases ininterrumpidas, en que la comunidad organizada se responsabilizó de su proyecto, es un ejemplo que debiese ser valorado por las autoridades. En vez de aplicar sanciones a estos actores, el alcalde debiese valorar la experiencia de esta comunidad que ha logrado demostrar que con unidad de propósitos es posible una educación de calidad y que lo que falta es solo voluntad política para impulsarla”, dijo la dirigenta.