El presidente del PRO, Camilo Lagos, dijo que la administración de Piñera no sabe manejar crisis. Además desmenuzó la dispersión de la oposición.

Equipo ES. 23/12/018. En entrevista con el programa “De domingo a domingo. Sin restricciones” de radio Nuevo Mundo, el presidente del Partido País Progresista (PRO), Camilo Lagos, abordó lo sucedido con el Gobierno, Carabineros y el conflicto mapuche en los últimos días. También el dirigente se refirió a los pasos que tiene que dar la oposición para hacer contrapeso al avance del discurso ultraconservador.

En ese marco anticipó los procesos que están llevando a cabo su colectividad junto al Partido Comunista y el Frente Regionalista Verde Social. Enumeró algunos de los puntos de acuerdo de esas fuerzas democráticas como el cambio de Constitución, un nuevo modelo de desarrollo, los derechos de las mujeres y la profundización de la democracia.

¿Qué le pareció todo lo que aconteció durante esta semana?

Fue una semana bien noticiosa y bien importante en términos de que ocurrieron cosas que pueden cambiar el devenir político de nuestro país. La crisis de Carabineros es bien profunda y eso se mezcló con una crisis que se perpetúa hace décadas que es el conflicto con el pueblo mapuche, donde los Gobiernos no han sabido reconocer sus derechos. Entonces son dos crisis que se mezclan con la dispersión de la oposición donde es compleja la situación, pero donde hay pasos que se están dando. Creo que 2019 estará lleno de desafíos en cuento a la movilización social y procesos de fortalecimiento unitario.

¿Cuáles son las ideas políticas que debieran ser la base para la unidad de la oposición?

Lo primero es que estamos conversando progresistas, comunistas y los regionalistas, los tres con tres cunas ideológicas distintas. El marxismo, el progresismo y la socialdemocracia. Entonces para los que dicen que el marxismo y la socialdemocracia no se pueden unir es falso, es perfectamente posible, porque tenemos temas que nos unen. Las tres fuerzas elaboramos un documento, un borrador, que no lo hemos querido dar a conocer porque queremos que sean parte de la discusión las bases de los partidos que estamos en ello. Hemos convocado para el 19 de enero un encuentro de las bases de los partidos para abrir el espacio de discusión donde la militancia, los amigos y el pueblo discuta este documento y pueda enriquecerlo. La primera coincidencia es que Chile necesita un nuevo modelo de desarrollo, porque ya está agotado el modelo extractivista basado en la explotación de cobre. Se necesita una segunda ola industrializadora en nuestro país con valor agregado, con tecnologías, con investigación, con una inversión pública potente y recuperando el rol público. Todos, también, concordamos en la necesidad de una nueva Constitución, más hoy día con la discusión de Carabineros, porque estas crisis en el contexto que se da con el conflicto del pueblo mapuche tiene un origen que es también la Constitución política que es heredada de la dictadura, que representa a los poderosos por sobre las grandes mayorías y que no permite la deliberación del poder cívico sobre el poder militar. Los elementos como el nuevo modelo de desarrollo, una nueva Constitución, el regionalismo, los derechos de las mujeres, las libertades, o sea, son elementos que hoy nos unen a todas las fuerzas progresistas. Nos une, asimismo, el concepto de democracia participativa.

¿Cómo ve que la dispersión de la oposición es favorable para que en la derecha tomen fuerzas las ideas reaccionarias?

Estamos viendo un fenómeno que se expresa con mayor crudeza en José Antonio Kast y en Brasil con Jair Bolsonaro, pero los sectores reaccionarios, los sectores de derecha, han sido siempre sectores muy conservadores. En el tema valórico los sectores de más ultraderecha han ido ganando espacio y eso es una amenaza permanente a la democracia y a las mayorías. La UDI que hoy ocupa la mitad de los cargos públicos del Gobierno de Sebastián Piñera viaja feliz a felicitar a Bolsonaro y a su hijo. Y la otra mitad que es RN ovaciona a una militante que se declara pinochetista y su presidente lo ve como normal. Esto demuestra que la derecha chilena nunca fue una fuerza de centroderecha, tenemos una derecha ultraconservadora en lo cultural y neoliberal en lo económico. Lo que vemos hoy es la expresión sin careta de esa derecha y eso es peligroso cuando la oposición está dispersa. Ha habido intentos por encontrarse, pero hay que ir paso a paso. Este país en su mayoría es progresista y la derecha sigue siendo minoría que por circunstancias alcanza la victoria electoral. Solo la unidad de nosotros nos va a permitir evitar que la derecha siga gobernado. La radicalización de la derecha y la crisis social, porque todo lo que auguró Piñera en lo económico no fue tal, ni el crecimiento ni en los empleos, nos obliga a encontrar el camino de la unidad.

¿Cómo ves el momento que está viviendo el Gobierno de Piñera?

Es un Gobierno que ha demostrado que la derecha chilena no tiene las llaves ni de la eficiencia ni del buen manejo de conflicto ni de la efectividad de las políticas. Los empresarios convertidos en políticos no son buenos administradores ni mejores administradores del Estado como si lo pueden ser los progresistas. Creo que ha sido un muy mal Gobierno tal como lo fue el primero de Piñera, han demostrado mucha ineptitud en el manejo de las crisis, en el manejo de la economía. En este tiempo ya nos hemos enfrentado a la radicalización de conflicto mapuche que se intenta apagar con más bencina, en política migratoria un rotundo fracaso, un aislamiento de las políticas internacionales, crisis en los portuarios y la crisis de Carabineros. El Gobierno choca cada día con una inoperancia política y con una falta de visión de país del siglo XXI. Ahí los progresistas tenemos que hacer la diferencia y plantear un proyecto de país que aborde los diferentes matices que contribuyen al desarrollo de un país.

Fuente: El Siglo