Destacadas figuras públicas que discuten alrededor del Progresismo se reunieron en un encuentro en la Fundación Chile 21 para debatir sobre los resultados electorales en Brasil y el panorama actual del mundo Progresista en la región. En la actividad partició el presidente del Partido Progresista de Chile, Camilo Lagos, junto a Marcos Barraza, Paz Milet, María Inés Ruz, Juan Gabrie Valdés, Carlos Ominami, entre otros.
Estas son algunas de las reflexiones sobre diversos temas que expuso en la ocasión el presidente Progresista:
– Gobiernos Progresistas:
América Latina vivió una década de transformaciones pero fuimos incapaces de lograr una transformación estructural. Generamos menos pobres mediante subsidios, creamos nuevas clases medias con nuevas demandas, pero fuimos incapaces de crear nuevas respuestas. Creamos consumidores que quieren consumir más cada días, pero no ciudadanos.
– Causas y territorio:
– El mundo de izquierda ha sido coleccionista de minorías, pero con un sentido de aislamiento de todas esas causas. No hemos podido dar un sustrato común de lucha a esas minorías. Me preocupa el abandono del trabajo territorial a nivel de fuerzas Progresistas, hay una carencia de trabajo territorial, ha sido tremenda la desmovilización a nivel local. Hemos dejado que el mundo evangélico sea monopolizado por la ultraderecha y conservadores.
– Misión del Progresismo:
– Administrar el poder es insuficiente. Hay que construir nuevas formas de poder local. El Progresismo es transformar el poder, y para eso debemos reencontrarnos.
– Grandes definiciones:
¿La definición de democracia nos la va a dar Washington? El progresismo necesita un debate ideológico sobre lo que entendemos por democracia. En unidad también tenemos que discutir ideológicamente qué entendemos por Progresismo. Esto es clave para enfrentar a la derecha en el debate.
Politización de la justicia:
– Nos vemos enfrentados al Lawfare, la politización del poder judicial. El progresismo ha sido absolutamente ingenuo. Se enfrentan los casos de corrupción sin unidad, y no se los aborda desde un punto de vista político. Hay una gran diferencia entre lo que es enriquecimiento ilícito y lo que ha sido aceptar reglas del juego que nos guste o no no hemos sido capaces de cambiar.