“Está claro: hay un falso liberal como Kast, un falso gerente eficiente como Piñera y otro candidato que desconoce los temas y hasta el formato del debate como Ossandón. Vimos una derecha a la que le sigue incomodando el intercambio de ideas y ser cuestionados, una moral más propia de gerentes y patrones de fundo a los que nadie contradice”, comenta el también candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami, a quien le pedimos su evaluación del round.
“Mientras Kast y Ossandón jugaron a pelear en una cancha estéril, Piñera evitó dar cuenta de sus errores pasados y no logró plantear una visión moderna de futuro”, observa el ex diputado.
Según él, “el debate dejó en evidencia no tan sólo las rencillas internas entre tres candidatos cada vez más conservadores, sino que la ausencia total de un programa serio y sólido, capaz de llevar al país a un desarrollo moderno y sustentable. Un debate en el que todavía se habla de ‘gobierno militar’ y nadie se escandaliza”.
ME-O destaca que “Piñera no quiso hacerse cargo de su gestión pasada, situación grave considerando que su gobierno debilitó más que cualquier otro la institucionalidad del país, empezando por el incidente de Barrancones” y que “contrariamente a lo que señaló en el debate, el índice de victimización (porcentaje de hogares víctimas de un delito) aumentó de 25,6% a 28,8% en su primer año de gestión, fenómeno único puesto que la tasa actual es de 27%”.
Además lo cuestionó porque “no fue capaz de admitir lo que a estas alturas es de público conocimiento. Si bien se entiende que los tratados deben negociarse en un marco de privacidad, lo cierto es que Piñera no realizó una evaluación antes de los costos y beneficios que le traería el TPP a Chile”.