Gonzalo Valenzuela
Consejero Federal Progresista
En los tiempos actuales del Chile siglo XXI se ha vuelto más fácil destruir que crear. La destrucción en la formulación de ideas, en el conducto sencillo de asegurar espacios para el desarrollo humano, para garantizar un tránsito desde la democracia política a la democracia económica y social ha sido, entre otros, un estadio crítico y pendiente que nos señala el porqué de no alcanzar el desarrollo como nación.
El actual gobierno del presidente Piñera, ha manejado con fuerte marea el barco económico. Harto oleaje, viento y lluvia; para un borde costero dañado. Si bien los índices mensuales de la actividad económica han fluctuado tras el 4%, la creación de nuevos puestos de trabajo en Chile se ha desacelerado. La tasa de desempleo periodo agosto-octubre 2018 aumentó al 7,1% (en comparación con el 6,7% del mismo trimestre del año anterior), lo que quiere decir que han aumentado las personas que no consiguen un trabajo.
Nuestro país requiere una nueva economía mixta con mercados donde se instale una política nacional de desarrollo productivo que promueva el valor agregado en los distintos sectores de la economía, fortaleciendo la creación de más y mejor empleo, una estrategia de economía del conocimiento y competitividad de los mercados. Hay que potenciar el rol de las PYMES, hay que apoyar a la clase media pero de verdad, hay que apoyar a las personas en salir de la pobreza pero de verdad, hay que convivir integralmente con los sectores más ricos pero sin desigualdad. Los progresistas creemos en una economía mixta que cree riqueza y que beneficie al desarrollo económico y social del país. No sólo con confianza económica sino con reglas claras y cercanas, que otorguen flexibilidad para emprender con sustentabilidad. Hoy más que nunca se vuelve prioritario reconocer que no se trata de vivir mejor, sino de vivir mejor juntos.
Los pensionados en el país (más de un millón de personas de tercera edad), siguen solicitándole al gobierno de turno que mejoren sus pensiones, considerando que cerca de 1 millón y medio de ellos recibe una jubilación inferior al sueldo mínimo vigente. Por otro lado, las cifras oficiales del ministerio vivienda fijan el déficit habitacional (urbano y rural) con casi 400.000 viviendas, lo que quiere decir que más de un millón de chilenas y chilenos no tiene solución en el sueño de la casa propia. Así la tasa de endeudamiento en los hogares de Chile alcanza el 70%.
Por otro lado, dentro del último informe de perspectivas globales que publicó el Fondo Monetario Internacional (FMI), proyecta que nuestro país crecerá cerca del 3,4% al año 2019 mientras que la prospección en materia de inflación bordeará el 3%.
La “izquierda” o quienes nos consideramos por convicciones y acciones (importante esta consecuencia) de tendencia de izquierda hemos perdido el debate de propuestas en materia de desarrollo económico, mientras que los políticos de “derecha” han errado en defender el statu quo económico bloqueando cualquier tipo de reformas que busque la social prosperidad.
Nuestro país requiere una nueva economía mixta con mercados donde se instale una política nacional de desarrollo productivo que promueva el valor agregado en los distintos sectores de la economía, fortaleciendo la creación de más y mejor empleo, una estrategia de economía del conocimiento y competitividad de los mercados. Hay que potenciar el rol de las PYMES, hay que apoyar a la clase media pero de verdad, hay que apoyar a las personas en salir de la pobreza pero de verdad, hay que convivir integralmente con los sectores más ricos pero sin desigualdad. Los progresistas creemos en una economía mixta que cree riqueza y que beneficie al desarrollo económico y social del país. No sólo con confianza económica sino con reglas claras y cercanas, que otorguen flexibilidad para emprender con sustentabilidad. Hoy más que nunca se vuelve prioritario reconocer que no se trata de vivir mejor, sino de vivir mejor juntos.
Fuente: El Mostrador