Santiago 24 de agosto de 2017. Una férrea defensa de la infancia y una serie de compromisos en este ámbito dio a conocer el candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami en el debate por la infancia organizado por UPPI.
En el encuentro –del que se restaron Sebastián Piñera, Alejandro Guillier y Beatriz Sánchez– el candidato del progresismo comenzó criticando estas ausencias. “Quisiera protestar. No me parece sano que los candidatos envíen representantes. El deber de la democracia es que los candidatos estén presentes. El truco de Piñera es esconderse, él no se va a someter a un debate. Sabemos que Sebastián Piñera es muy cobarde para los debates, lo que es nuevo es que la centroizquierda le entregue a Piñera todo”, señaló.
Junto con comprometerse en materia de primera infancia con salas cunas abiertas hasta las 21:00 horas, el candidato propuso aumentar la cantidad de educadoras por niño. “Para mí presidir es proteger”, señaló Enríquez-Ominami. “Es por esto que proponemos prevención, acción, rehabilitación”, añadió.
El presidenciable se refirió además a la problemática del trabajo infantil. Sobre este punto señaló que el problema es la pobreza, no el trabajo. “Es un problema de ingresos”, dijo, explicando que hoy existen 94 mil niños de entre 5 y 14 años que trabajan en Chile.
“En la deserción escolar hay responsabilidad de los alcaldes. Son ellos que saben dónde están esos niños”, agregó. Los más 30 mil jóvenes que no van al colegio deben ser ubicados para reintegrarse al sistema educaciones, sostuvo.
“Necesitamos más Estado, más gasto social. En esta materia la eficiencia es un eufemismo. No hay ni un peso malgastado. El mejor ahorro es la inversión en los niños”, aseguró.
En relación al Sename, Enríquez-Ominami propuso la creación de una Subsecretaría de Infancia y Adolescencia e incorporar tecnologías para no volver a victimizar a los niños. “Hoy no se les cree a los niños”, señaló. A su vez, se comprometió con un mayor acompañamiento a los niños y padres, junto con mejorar las remuneraciones y condiciones de los funcionarios del Sename.
Enríquez-Ominami fue enfático tras escuchar las críticas de Kast al sistema de protección a los niños y adolescentes. “En su gobierno murieron 450 niños en el Sename”, le enrostró.