El candidato presidencial propone implementar un IVA diferenciado para productos que integran la dimensión femenina, y terminar así con un impuesto sexista que profundiza aún más la brecha de género.
En cifras del SERNAC, en Chile en promedio una mujer puede gastar cerca de $126 mil anuales por una canasta menstrual básica, considerando toallas higiénicas desechables, protectores diarios, antiinflamatorio para aliviar dolores, etc.
Convencido de que la actual política tributaria incorpora impuestos sexistas que promueven y aumentan la desigualdad económica entre hombres y mujeres y en la división sexual del trabajo, provocando una feminización de la pobreza, Marco Enríquez – Ominami propone avanzar en un modelo de tributación con perspectiva de género.
En ese escenario, trabajar sobre la idea de un IVA diferenciado para productos cuyo consumo es estrictamente necesario para las mujeres, como toallas higiénicas y tampones, entendiendo que representa un gravamen adicional a las mujeres por el solo hecho de ser mujeres, se presenta como una alternativa coherente con los tiempos y como un apoyo real a un grupo que durante siglos ha sido invisibilizado en su lucha por espacios de igualdad y equidad.
Al respecto, el líder de las y los progresistas señala que, “El impuesto al valor agregado debe ser diferenciado. Existe un conjunto de bienes, productos y necesidades que son propias de las mujeres, por eso en Colombia y en otros lugares del mundo se ha debatido -y se ha logrado- esta idea de una menstruación libre de impuestos”, dice haciendo mención al caso de Colombia, donde el movimiento feminista logró llevar a 0% el impuesto, después de una campaña de movilización ciudadana llamada #MenstruaciónLibreDeImpuestos, que con una demanda de inconstitucionalidad contra el impuesto sexista y discriminatorio presentada ante la Corte Constitucional colombiana logró un fallo que lo eliminó, convirtiendo al país en el primero de América Latina en reconocer su nocividad para la situación económica de las mujeres.
En el mismo contexto, Patricia Oróstica, Vicepresidenta Nacional de la Mujer de las Juventudes Progresistas dice: “Las mujeres no sólo somos violentadas en el mercado laboral, o violentadas con el constante acoso que sufrimos, además, somos afectadas por un impuesto excesivo que nos castiga por el simple hecho de ser mujeres. La menstruación no es opcional para nosotras. La brecha de género se profundiza cuando no hay políticas de Estado que atiendan nuestras demandas a tiempo”.
El candidato presidencial Progresista por su parte declara que, desde su perspectiva, existen dos formas de ayudar: “Una es desde el Estado, crear empleo, subsidiar a las personas y un esfuerzo fiscal importante que es lo que se ha hecho tarde en Chile y más mal que bien. La otra, es ayudar a que la gente acceda a un conjunto de bienes a precios más accesibles, porque son tiempos excepcionales, tanto así, que estamos todavía en un momento de catástrofe constitucional”, aclara y agrega que “Por eso propongo un IVA diferenciado, vale decir que el precio sea más barato para la dimensión de la mujeres. Eso es perfectamente posible y lo tiene que hacer un Estado no patriarcal” finaliza.