Más de 70 colaboradores del equipo programático acompañaron hoy al candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami, quien selló su compromiso con una Asamblea Constituyente para cambiar la Constitución.
En la presentación, llevada a cabo en la plaza Pedro de Valdivia, Enríquez-Ominami se refirió también a otros temas de contingencia.
Más de 70 colaboradores del equipo programático acompañaron hoy al candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami, quien selló su compromiso con una Asamblea Constituyente para cambiar la Constitución.
En la presentación, llevada a cabo en la plaza Pedro de Valdivia, Enríquez-Ominami se refirió también a otros temas de contingencia.
“Pasamos agosto, lo que ya es una buena noticia”, comenzó diciendo el candidato presidencial del Partido Progresista, Partido Liberal y otros movimientos independientes. “Hay aquí más de 70 hombres y mujeres libres y deliberantes, que quieren un país distinto al que hoy conocemos en un conjunto de materias. He recorrido Chile ya 8 veces y resulta muy impactante la ola de esperanza que vemos. Hemos dicho –y es nuestra revolución– que queremos un país normal, y ese país normal supone otro sistema previsional, otro sistema de salud”.
Enríquez-Ominami agregó: “Para que haya estabilidad, debe haber cambios y aquí tenemos a nuestros asesores programáticos en las diferentes áreas como educación, salud, vivienda, territorial, cultura y economía, entre otros, quienes llevan no una semana, sino que muchos meses construyendo esta visión de sociedad que expresa correctamente una ruptura con lo que tenemos hoy día. Se trata de jefes programáticos provenientes de distintas culturas y colores, pero con un compromiso progresista; así gobernaremos, sin cuoteos”.
“Este equipo ha hecho libros, seminarios, papers y, a 80 días de esta elección, queremos redoblar esfuerzos, presentar al país este equipo programático. Algunos de ellos son candidatos al Parlamento, porque entendemos que el desafío programático no es solo dejarlo en el papel sino que llevarlo a la acción”, enfatizó.
Entre los nuevos nombres dados a conocer se encuentran el cineasta Cristián Galaz y la fotógrafa Pin Campaña en Cultura, el abogado especialista en derecho ambiental Juan Carlos Urquidi en el área de Medio Ambiente, el abogado y ex vocero de la Fiscalía Oriente Mario Schilling en Seguridad Ciudadana y el médico cirujano Manuel Ipinza en el área de Salud.
Los nuevos nombres se sumaron así a los de Andrés Solimano (Economía), Juan Casassus (Educación), Rafael Urriola (Salud), Raúl Requena (Laboral), Miguel Márquez (Energía), Alejandra Bottinelli (Género) y Mauricio Electorat (Lectura), entre otros.
Entre los nombres dados a conocer hay profesionales provenientes del mundo de la academia, del mundo sindical, colaboradores concertacionistas y otros de los grupos Tantauco.
“Hoy quiero darle las gracias a cada uno de ustedes. Gracias por esta compañía de ruta. Les tengo una mala noticia, la campaña parte y hay que redoblar esfuerzos, lo anterior fue sólo acumulación, ahora hay que salir a repartir este mensaje de cambio, de revolución normal, de sensatez, de sentido común, de hacer el país más solidario del continente y no el más desigual”, señaló el candidato entre el aplauso cerrado de los presentes.
Respecto de la Asamblea Constituyente, Enríquez-Ominami señaló: “Junto a este equipo hemos querido comprometernos hoy con una de nuestros ejes fundamentales entre los cambios de reglas: la Asamblea Constituyente. Estamos convencidos de que la chilena es una sociedad madura que no quiere ni merece ser tratada como niños chicos. Quienes infantilizan a los chilenos son los mismos que no aceptan nuevos liderazgos, los mismos que quieren repetirse el plato, los mismos que buscan eternizarse, que le tienen pavor al cambio”.
Finalmente, consultado sobre los diferentes actos de conmemoración del 11 de Septiembre, Enríquez-Ominami señaló: “Allende se merece muchos actos; la discusión si es uno, dos o tres es chimuchina política. Existen dirigentes y aspirantes a la Presidencia como Evelyn Matthei que nos dicen que condenan la violación a los derechos humanos, pero no el Golpe, y ambos son condenables. El hecho que hay que condenar hoy día es que a partir del 11 de septiembre de 1973 en adelante, ocurrieron cosas atroces”.
“Cuando hablamos del Golpe y dictadura se trata de un tema ético y hasta altura creo que generacional. En política el punto es generacional parece, para mi generación. Esto es ético no político; para construir futuro debemos tener una mirada ética sobre la política y sus episodios trágicos, como fueron el Golpe y la dictadura”.