Acompañado de Fernanda y Manuela, sus dos hijas, más un grupo de adherentes y también de su mascota “Benito”, el Presidente de la Fundación Progresa, Marco Enríquez-Ominami acudió a votar al liceo Carmela Carvajal, por la segunda vuelta de la elección presidencial. En la ocasión, manifestó que “estoy optimista, no vine a votar de manera triste. Voté de manera alegre, sigo creyendo que el cambio es posible y que este país requiere ajustes muy importantes”.
Acompañado de Fernanda y Manuela, sus dos hijas, más un grupo de adherentes y también de su mascota “Benito”, el Presidente de la Fundación Progresa, Marco Enríquez-Ominami acudió a votar al liceo Carmela Carvajal, por la segunda vuelta de la elección presidencial. En la ocasión, manifestó que “estoy optimista, no vine a votar de manera triste. Voté de manera alegre, sigo creyendo que el cambio es posible y que este país requiere ajustes muy importantes”.
Mientras sufragaba, la gente presente en el local de votación gritó espontáneamente “se siente, se siente, Marco 2017”. Al respecto, Enríquez-Ominami dijo que “lo agradezco. Nosotros vamos a volver a competir, el 2016 en la elección municipal y luego en la elección presidencial, pero hoy día se elige una Presidenta. Yo sigo con el sueño de que Chile debe ser un país más justo y marqué, efectivamente, por una causa que tiene hambre de debate, que no pone condiciones. Una causa que es bien huérfana y que es minoría todavía en Chile, que es la Asamblea Constituyente. No quise darle un cheque en blanco a ninguna coalición”, admitió.
Consultado por la alta abstención de la jornada, Marco indicó que “comprendo a los miles de chilenos que no votaron. Yo vine a votar, ejercí mi derecho. Fernanda, mi hija, y muchos de nuestros compañeros también lo hicieron. Pero también quiero decir que entiendo que muchos sientan que el voto se ha ido devaluando y que no quieran votar. Habrá que debatir juntos por qué es tan importante el voto voluntario y el problema es más bien de oferta política”, aclaró.
Sobre ese tema, profundizó diciendo que “yo no creo en el voto obligatorio. Yo creo que es un problema de oferta política, por eso creo en el voto voluntario. Lo que hay que preguntarse es para qué es el voto. No votar también es un acto político. La República de Chile tiene una crisis de participación. Los que hemos sido candidatos tenemos que hacernos una autocrítica”.
Finalmente, hizo un llamado a profundizar la democracia. “Yo creo en el voto como una de las herramientas democráticas. Hay muchas más. Los Progresistas vamos a ser muy insolentes cuando los gobiernos sean insolentes. No es justo que los trabajadores en Chile no tengan derecho a huelga efectiva, no es correcto que tengamos un desafío pendiente en materia de cultura y con tanto gasto militar”, sentenció.