Cuando se normaliza el uso de escopetas y balas para disuadir marchas pacíficas, como Estado y sociedad estamos perdiendo el sentido común de la libertad y la ley.

Estamos viviendo un proceso histórico para el país a nivel social, político y económico. Mientras se cumplen 21 días de movilizaciones permanentes en todas las regiones del país, en contra del modelo neoliberal que reproduce desigualdad social, el presidente Sebastián Piñera anuncia una nueva agenda que incita al terrorismo de Estado, al plantear 10 puntos que justifica a través de las pérdidas al pequeño comercio, un discurso reaccionario ante el legítimo derecho al despertar social que se produjo en Chile.

Desde el progresismo rechazamos la nueva agenda presentada por el gobierno, ya que nuevamente no se hace cargo de las demandas sociales que piden cambios estructurales para la Nación, sino más bien, responde criminalizando la protesta, y convocando a un Consejo de Seguridad Nacional que sirve de escenario para crear un nuevo clima de miedo y guerra.

Llamamos a los sectores democráticos a no avalar instancias y agendas como estas, considerando por sobre todo, el importante y creciente número de heridos, detenidos, desaparecidos y violentados por agentes del Estado. Así como también, extendemos el llamado al pueblo chileno a continuar resistentes desde las calles, porque estamos convencidos que es el momento indicado para la conquista social de derechos postergados para millones de chilenas y chilenos desde hace más de 30 años.  Piñera debe entender que es tiempo de un plebiscito que dote al país de una nueva constitución y que el pueblo decida nuevas reglas.

Chile despertó y en eso no hay pie atrás.