Este lunes, el partido fundado por Marco Enríquez-Ominami, lanzó una serie de propuestas para terminar con las cláusulas abusivas por parte de este tipo de empresas, y garantizar mayor seguridad a todas las personas que aspiran a cumplir el sueño del hogar propio.
La compra de un inmueble, para gran parte de las personas en el país, es una experiencia única a lo largo de sus vidas, ya que lograr juntar el dinero destinado para el pie (20% del valor de la vivienda) es muy complicado en consideración al costo de vida. Eso, sumado a que cada vez es más difícil ser sujeto de crédito para las instituciones financieras.
Por ello, el partido Progresista de Chile, a través de su presidente Camilo Lagos, lanzó este lunes un paquete de medidas para terminar con las cláusulas abusivas por parte de este tipo de empresas, y garantizar mayor seguridad a todas las personas que aspiran a cumplir el sueño del hogar propio.
Para elaborarlas, la colectividad realizó un levantamiento de casi 400 reclamos inscritos en el portal www.reclamos.cl, constatando las quejas más recurrentes que tienen los chilenos y chilenas a la hora de comprar un inmueble.
De esta manera, se logró concluir que las quejas que más se repiten son respecto a la calidad, los plazos, la no devolución de la reserva, la no revolución del pie, publicidad engañosa e incumplimiento de promesa; estableciéndose que del 93% de los casos, es decir, 274 reclamos, corresponden a la nula o tardía respuesta del área de post venta de la inmobiliaria.
Por todo ello, los progresistas apuntan, como primera medida, exigir que las promesas de compraventa incluyan la información del teléfono y la dirección de la gestora inmobiliaria, siento un imperativo que se pongan a disposición de los eventuales, los antecedentes del Gerente General; del Gerente Comercial; del Gerente de Proyectos; del Encargado del área Legal y del Encargado de Post Venta.
¿Por qué se asigna importancia a la gestora inmobiliaria?
La razón básica, de acuerdo al análisis PRO, radica en que “la forma de trabajo de la mayoría de las gestoras, es crear una inmobiliaria por proyecto, lo que sirve para que los problemas de un proyecto queden en la inmobiliaria creada, sin afectar a la empresa “madre”.
“En la gran mayoría de los casos, los compradores solo tienen el contacto del vendedor, quien después de la venta no tiene ningún interés en resolver ni escalar los problemas de los interesados, generando inmensos vacíos en la comunicación de las partes”, detalla el partido.
Por eso, entre las propuestas progresistas se establece que cualquier devolución de dineros que la inmobiliaria debieran realizar a los compradores, tendrán que estar afectos a un interés máximo convencional y al valor de la UF del día en que se haga efecto la devolución (reserva y PIE), lo que acelerará los tiempos en que las inmobiliarias hagan la devolución de dichos dineros, lo que hoy no tienen ningún interés en realizar.
En la misma línea, apuntan a eliminar las cláusulas de promesa de compraventa en que la multa por desistir de la compra de un inmueble es del 20% del valor del departamento, y en el caso de que la persona se desistiera de la compra, la inmobiliaria debe devolver el valor cancelado en la reserva.
También proponen que el caso de que la inmobiliaria no responda a quejas producto de la calidad de la construcción en un plazo de cinco días hábiles, el dueño del inmueble podrá realizar los trabajos por su cuenta, sin perder la validez de la garantía, y luego pedir el reembolso de lo gastado, lo que la inmobiliaria deberá reintegrar con posterioridad.
Por último, el partido Progresista enfatiza que en el caso de que existiese una diferencia de más del 1% entre los metros cuadrados ofrecidos con los recibidos realmente (la superficie indicada en la cotización o la promesa de compraventa), la inmobiliaria tendrá un plazo de 10 días hábiles para comprobar dicha diferencia. Y en caso de que no lo haga en ese plazo, dicha diferencia se considerará como validada y se solicitará el reembolso al comprador.