Intervención de Ricardo Godoy, vicepresidente programático y de formación del Partido Progresista de Chile, en la Fiesta de los Abrazos.
Desde la fundación del Partido Progresista de Chile venimos señalando la necesidad de la articulación de las fuerzas de centro izquierda para superar el legado neoliberal y poder transitar hacia una sociedad de derechos garantizados. Por eso el fracaso de dicha articulación en las elecciones municipales 2016 y presidenciales 2017 con la consecuencia de la la instalación agenda neoconservadora del presidente Piñera nos debe llevar reflexionar de manera colectiva ya no sólo al por qué buscar la unidad del sector, sino también dar las bases del cómo lograrlo.
En este debate es relevante partir afirmando que contrario a lo que muchos señalan como debilidad, una de las mayores fortalezas de la centro izquierda como sector es que su alta fragmentación genera también una alta transversalidad de autoidentificación dentro de la sociedad. Pobladores, trabajadores, estudiantes, campesinos, capas medias, capas altas, ambientalistas, científicos, académicos, todos en alguna dimensión encuentran un liderazgo, movimiento o partido del cual participar o sentirse identificado.
Por ende el desafío no está ni estará en superar la dispersión en sí misma, porque es algo que nos seguirá nutriendo los próximas décadas, sino más bien el desafío hoy de esta generación radica en superar la incapacidad de alcanzar una articulación amplia que nos lleve a una estrategia electoral común y que un triunfo electoral del sector le haga sentido a las legítimas rutas estrategias trazadas por los diferentes movimientos y partidos y especialmente, a la ciudadanía.
Y esto si me permiten, para los progresistas implica tres niveles de discusión:
PRIMERO: El respeto mutuo. Hay que aprender las lecciones del 2017. Nos necesitamos todos y todas. Por eso hemos dicho con claridad que el dialogo de la articulación debe ser sin exclusión ni vetos. Eso incluye a la DC. No podemos empujarla a la derecha, eso sería un error histórico. Divididos pierde nuestra gente. Pierde el país y los valores solidarios ¡Que no se nos olvide que el enemigo político está en la derecha! En la división quedó demostrado que sólo ganan los que buscan la selección y lucro en la educación. Cerrar Fronteras, y mantener las afps y el modelo neoliberal.
Por eso compañeros, si constantemente el país nos ve tratándonos mal, a la ciudadanía y a nuestra militancia de base no le hará sentido vernos unidos. Debemos ser más fraternos entre nosotros compañeros. Igualdad, Libertad y Fraternidad deben volver a caminar de la mano en nuestro sector.
SEGUNDO: Un programa común. Las lecciones de la segunda vuelta 2017 también dan cuenta que ni a nuestra militancia ni a la ciudadanía le hacen sentido los acuerdos vacíos de ideas en común. Por eso no basta con señalar acuerdos electorales que sólo muestren agregación de mayorías, hay que demostrarle al país que la centro izquierda está pensando en el Chile de los próximos 20 años. Mostrar un camino de transformaciones políticas, económicas y socioculturales que urgen en nuestra sociedad. Hablar de un nuevo modelo de desarrollo. Dejar de entregarle el debate de la seguridad, la economía y el crecimiento a la derecha. Quedo demostrado que ellos no tienen la receta mágica para los tiempos mejores. Los tiempos mejores sólo serán cuando consolidemos los valores solidarios en derechos garantizados. Cuando la cuna no condicione la posibilidad de desenvolverse en nuestra sociedad en dignidad. Y ese camino de ideas parte con las municipales compañeros.
Pero ojo, que este camino de ideas compañeros y compañeras, lo hagamos de la mano de las bases. De las regiones. Tenemos el tiempo para dar esa gran discusión. La confianza en el rol de los partidos como instituciones representativas de miradas de sociedad hay que recuperarla con mayor participación y debate de ideas.
TERCERO: Mecanismos de resolución de conflictos. Con respeto mutuo y con un pilar programático que nos articule, las primarias abiertas y sin exclusiones debe ser la fórmula para dirimir las legítimas diferencias electorales que surjan. Que sea la ciudadanía la que dirima. Además teniendo un paraguas programático mínimo articulador, quien salga de una primaria no sólo será competitivo, también será representativo de una mirada de sociedad.
Para cerrar. Compañeros, el 2017 dio cuenta que la centro izquierda ha ido consensuando la necesidad de reformas, con evidentes diferencias en su alcance y sus formas, pero no así en la necesidad. Lo que también hemos visto con nuestra compañera Marisela en el congreso: sí han sido posibles los acuerdos amplios del sector, ya sea para frenar los retrocesos que ha buscado instalar este gobierno neoconservador como para también lograr que avancen en comisiones proyectos relevantes para el país. Por eso a poco más de un año de las próximas contiendas electorales, compañeros y compañeras, debemos sentar las bases para enfrentar nuestras diferencias y generar la síntesis de los elementos comunes que nos permita avanzar. El 2008 y el 2016 las derrotas del sector cimentaron el triunfo presidencial de Piñera. Aprendamos de los errores. Estamos llamados a asumir esa responsabilidad histórica. Caso contrario en la división podemos ser corresponsables de una instalación neoconservadora de 10 años. Y ahí el único gran derrotado será el país. Ese chile de los libres.