“Me reuní con el Presidente del Directorio de ENEL, Hermán Chadwick Piñera, a quien le presenté la crítica situación de contaminación en Coronel debido a la presencia de la termoeléctrica Bocamina, propiedad de su empresa; pero ya que no pareció entender la gravedad de lo que aquí ocurre, he decidido ir directamente a hablar con el CEO, Francesco Starace, a Roma”, anunció el senador Alejandro Navarro, frente al viaje a Italia que hará en los próximos días.
El parlamentario recordó que: “el 29 de junio del año 2012 presentamos la primera querella criminal en contra de la Central Endesa Bocamina II por el concepto de daño ambiental, que tras 6 años de investigación, confirmó la contaminación de la empresa”.
“Pues la Fiscalía acreditó que las cenizas contaminantes encontradas en Coronel y que contenían altas concentraciones de metales como vanadio, mercurio, plomo o zinc, habían sido emitidas desde Bocamina”, señaló.
“Esto ya había sido determinado por investigaciones del Ministerio de Salud y de la Policía de Investigaciones de Chile”, continuó, “quienes demostraron la presencia tanto en el medio ambiente como en las personas, siendo la situación más extrema la que afecta a miles de niños y niñas, quienes tienen peligrosos niveles de Mercurio, Plomo, Arsénico y otros metales pesados en su sangre”.
“Esta situación constituye riesgos que pueden implicar problemas de salud tales como alteraciones en la piel, desórdenes circulatorios, irritación de mucosas, mayor riesgo de cáncer, vejiga, pulmón y piel, insuficiencia renal crónica, efectos neurológicos y déficit cognitivos, entre otros, estando la población expuesta por inhalación, consumo de agua e ingesta de pescados y mariscos”, aseguró.
Navarro ratificó que, “por ello es que iremos directamente a Roma a denunciar esta situación junto a Juana Hernández, presidenta del Centro de Padres del Colegio Rosa Medel, uno de los más afectados por la situación, frente al gobierno italiano, eurodiputados y por cierto, el CEO de ENEL”.
“Franceso Starace debe saber que Bocamina, propiedad de su empresa, la 84a más grande del mundo, ha generado un conjunto de impactos en el medioambiente y en la salud de las 110.000 personas que viven en dicha ciudad; lo irrisorio es que pese a estar presente en más de 30 países, respeta las leyes ambientales en todos los lugares donde se encuentra, excepto en Chile”, finalizó.