De esta manera el presidente de la colectividad justifica la nueva candidatura del cineasta porque “no vemos la política para cuantificar las veces que te has postulado”. Asimismo, asume el riesgo de que el partido pierda su legalidad si no logran elegir los cuatro parlamentarios que les exige la normativa, tras quedar fuera de la lista única de la ex Unidad Constituyente por priorizar una campaña presidencial que, asegura, aportará al Proceso Constituyente: “El partido se puede reescribir una u dos veces, pero una Convención no la vamos a tener en 40 años”.
El panorama político del Partido Progresista cambió radicalmente desde el lunes 23 de agosto, el último plazo para inscribir candidaturas. La semana anterior, a Marco Enríquez-Ominami le restituyeron sus derechos políticos, y el día previo a la inscripción, se anunció como candidato presidencial.
A raíz de esa decisión, el PRO ha sufrido varias consecuencias directas: se quedaron sin coalición y fuera de una lista parlamentaria única, perdieron a sus dos únicos representantes en el Senado –Alejandro Navarro y Alejandro Guillier– y corren el riesgo de perder el estatus legal si no obtienen tres escaños en la Cámara.
Luego de la semana más turbulenta para los progresistas, el presidente del partido, Camilo Lagos, se conecta a un link de Zoom con The Clinic para dar su versión de cómo pasaron de estar firmes en una coalición, a quedar varados en el mar de la centro izquierda, con una cuarta candidatura presidencial de su líder fundacional.
-¿Cuando comenzaron los problemas entre el PRO y Unidad Constituyente?
-Tuvimos reuniones para hacer una consulta virtual y había bastante acuerdo en que era un buen mecanismo, con todas las falencias que tenían, pero no dejaban hacerlo. Sólo después de que Yasna se proclamara candidata, tuvimos una reunión en la tarde en la que Carmen Frei dice que sólo estarían dispuestos a recurrir a una consulta presencial. El resto de los partidos acogen esto, particularmente el PS. Yo señalé todas mis preocupaciones sobre la primaria presencial: por lo improvisada, por los costos, por una serie de elementos. También en esa reunión, dos presidentes de partidos establecieron que Marco no podía participar de esa consulta.
-¿Qué presidentes?
-Prefiero no decirlo, pero hubo dos presidentes que plantearon que no podía inscribirse Marco si no había resuelto sus problemas. Yo en todo momento les señalé que Marco sí estaría en condiciones de presentar su candidatura porque tendría sus problemas resueltos para el 23 de agosto.
-¿Con qué información podían dar confianza de que ME-O resolvería sus problemas?
-Era la apuesta por la que estábamos confiados, por lo que hablamos también con los abogados. A Marco se le impedía votar por la acusación de un fiscal. Estaba imputado por un simple fiscal. Eso en ningún caso podía inhabilitarlo. Si no hay una condena mediante, no puedes privar de derechos políticos a una persona. Además, nos decían: ¿qué pasa si gana y no puede ser candidato? Yo decía bueno, buscaremos otro mecanismo. Yo podía asegurar que Marco iba a poder porque estaba confiado en la justicia.
-Pero igual había un factor de incertidumbre, más allá de lo confiados que estaban ustedes…
-Bueno, pero la misma incertidumbre había de que no votara nadie en la consulta, cómo finalmente pasó. La misma incertidumbre de que alguno de los candidatos no aceptará los resultados, la misma incertidumbre de que el PS se fuera a formar otro pacto de un día para otro.
Lagos dice que la consulta ciudadana de Unidad Constituyente tuvo un costo de $500 millones: “En un momento la DC señaló que ellos no tenían recursos para financiar una consulta y recuerdo claramente que Álvaro Elizalde dice que le va a prestar estos recursos”.
-Pero hubiesen tenido muy poco tiempo para resolver una nueva candidatura si ME-O ganaba y no le restituían sus derechos políticos…
-Pero el hecho era que nosotros planteamos que estaba la posibilidad de que fuera candidato. Pero no sólo estaba el veto de estos dos presidentes de partidos. Lo segundo era que los costos de la consulta nos parecían abominables. Ahí se hablaba de la necesidad de tener $500 millones para la consulta. Hablaban de que cada candidatura aportara $125 millones. Y aquí se da otro hecho que yo no lo he dicho muchas veces, pero me pareció bastante cuestionable: en un momento la Democracia Cristiana señaló que ellos no tenían recursos para financiar una consulta y recuerdo claramente que Álvaro Elizalde dice que le va a prestar estos recursos a la DC. Ahí yo me giré mirando a Elizalde y le pregunté si el PS iba a financiar la consulta. y él dice que no, que este es un acuerdo entre la DC y el PS. Que si el PRO quiere entrar, tiene que pagar su cuota. Yo señalé de inmediato las razones por las que el PRO no iba a participar. Dijimos que íbamos a estar en la lista única parlamentaria y todos lo aceptaron. Todos dijeron: perfecto.
-Entonces, ¿en ese momento quedó acordado que ustedes estarían en la lista parlamentaria sin participar en la consulta ciudadana?
-Sí. Y yo les señalé que la decisión presidencial del PRO se iba a tomar al final. Nunca señalé que iba a proclamar a quien ganara la consulta, porque éramos muy críticos de la consulta misma.
Fuente: The Clinic