Por Guillermo Pérez,
Secretario Gral de la Juventud Progresista de Chile.
Un 24 de Febrero de 1956 nace en Santiago de Chile Cecilia Magni Camino. Proveniente de una familia de clase alta, estudió durante sus primeros años en las escuelas más exclusivas del país, entre ellas el Grange School. De profesión Socióloga, fue durante su formación en la Universidad de Chile que afloró su estampa revolucionaria, fundadora del Frente Patriótico Manuel Rodríguez principal brazo armado de resistencia a la dictadura de Pinochet en la década de los 80.
Renunció a sus privilegios de clase y en clandestinidad adoptó el nombre de Tamara, en honor a Tamara Bunke, compañera del Che Guevara, fue la única mujer en tener el grado de Comandante en el FPMR y estuvo a la cabeza de acciones heroicas como el atentado a Augusto Pinochet en 1986.
Luego de una emboscada a un cuartel de Carabineros por parte de guerrilleros del frente el 28 de Octubre de 1988 su cuerpo junto al de Raúl Pellegrin fueron encontrados sin vida y con claras muestras de tortura en el sector de Los Queñes en el sur de Chile, en 2013 los militares acusados de su asesinato fueron absueltos de cargos, quedando su crimen en total impunidad.
La irrupción del Frente en plena dictadura trae consigo una reserva moral a una izquierda desarticulada y violentamente reprimida. Sus acciones vislumbraron que el enemigo no era invencible, que a pesar de tener el poder y el control del Estado, se podía pensar en la confrontación desde el Poder Popular. Su nacimiento transmite la fuerza y el coraje necesarios para pensar en un futuro esperanzador, en un escenario donde estos anhelos parecían diluidos por el terror infundido por el fascismo. Sin la resistencia armada todo hubiese sido diferente y probablemente peor.
Chile debe ser uno de los pocos países del mundo en donde a quienes combatieron en la resistencia popular a la dictadura se les tilda de terroristas incluso por los gobiernos de la transición a la democracia, que persiguieron y encarcelaron a combatientes. Algunos de ellos hasta el día de hoy no pueden pisar nuestro país, en contraste con países como Alemania en donde recientemente se conmemoraron los 75 años de la “operación Valkiria” un fallido atentado que se transformó en la acción de resistencia más conocida contra Adolf Hitler, en la ocasión Ángela Merkel afirmó que “hay momentos en los que la desobediencia puede ser un deber” nadie se atrevería a cuestionar las convicciones democráticas de Merkel luego de estas declaraciones. Todo esto y el actual contexto de represión que viven nuestros pueblos nos ponen en frente la tarea de reivindicar a quienes en un escenario totalmente adverso para el poder popular se organizaron e hicieron de la autodefensa y la lucha por una patria libre y digna, su expresión máxima de combate, con el ejemplo de Támara y de muchas y muchos que entregaron su vida por la libertad resistiremos hasta vencer.
“Yo soy jefe y se me subordinan hombres. He estado a cargo de tropas, masculinas por supuesto. Nunca he tenido problemas. Te aseguro que mis subordinados difícilmente ven en mí a una mujer. Una vez me vieron con las armas encima. Me vieron con granadas, con revolver. Y ésa fue la única vez que me han dicho “qué linda estás”
Cecilia Magni, entrevista con Revista Hoy, 1987.